El pasado viernes 3 de diciembre en las misas de viernes primero, los alumnos, maestros y administrativos del Cumbres y Prepa Anáhuac se consagraron a San José, quien representa una figura de ejemplo de vida como hombre, hijo, esposo y fe en la voluntad de Dios.
El año pasado fue publicada la Carta apostólica: Patris Corde, en conmemoración del 150º aniversario de la declaración de San José como patrono de la Iglesia universal. En dicha publicación, el Papa Francisco profundiza en la vida del santo, su misterio y su importancia como esposo de María y padre de Jesús.
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Consagración a San José
San José, Dios te encomendó el cuidado de su Hijo Jesús en medio de los peligros de este mundo. Venimos a suplicarte que tomes bajo tu protección especial al Cumbres y la Prepa Anáhuac Querétaro.
En este año dedicado a ti, los varones del Cumbres y de la Prepa Anáhuac nos consagramos a ti, para imitar tus virtudes y experimentar tu protección. Ayúdanos a ser fuertes, coherentes, puros e íntegros, para ser buenos hijos, amigos, esposos y padres.
San José, tú sentiste la preocupación cuando Jesús adolescente se perdió en Jerusalén, protégenos para que nunca perdamos nuestra amistad con Él y podamos volver confiados al buen camino.
Nos comprometemos hoy a cuidar y respetar a todas las mujeres, reconociendo su dignidad, tratándolas con ternura y poniendo nuestra fuerza a su servicio, de modo que siempre se sientan seguras a nuestro lado.
Te pedimos, San José, que seas nuestro amigo y nos ayudes a cumplir la misión que Dios nos ha confiado. Ayúdanos a ser líderes que pongan sus talentos al servicio de los demás, especialmente de los más necesitados, para hacer presente el Reino de Cristo en el mundo.
Cuida, San José, de nuestros enfermos para que recobren la salud. Te encomendamos a los matrimonios de nuestra comunidad, sobre todo los que pasan tiempos difíciles. Te pedimos por nuestros maestros y formadores, para que nos ayuden a ser hombres y mujeres de bien. Te confiamos a quienes lloran la pérdida de un ser querido para que alientes su esperanza en la vida eterna. Vela por todas las mujeres de nuestra comunidad para que nos sigan inspirando a ser mejores. Te pedimos por las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada para que, como tú, muchos se dediquen a servir a Dios en sus hermanos.
San José, te pedimos nos ayudes a ser testigos del amor a Cristo y al prójimo, y que podamos estar un día todos juntos en el cielo. Amén.
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